AUGUSTO. Cistóforo. (Ar. 11,16g/28mm). 28-20 d.C. Efeso, Jonia. (RIC 476). Anv: Cabeza laureada de Augusto a derecha, alrededor leyenda: IMP CAESAR DIVI F COS VI LIBERTATIS P R VINDEX. Rev: Pax estante a izquierda portando caduceo, detrás cesta de la que sale serpiente, delante: PAX, todo dentro de corona de laurel. MBC+. Bonito y escaso ejemplar.
De origen griego, el cistóforo toma su nombre del principal elemento de su reverso, la cista o cesta, esto es, un recipiente de forma cilíndrica del que sale una serpiente. Esta iconografía, y concretamente la aparición de las serpientes se ha interpretado como la representación del dios Dionisos o Baco, un dios honrado como patrono de la naturaleza y como dispensador de vida y de vino a los hombres. El culto a esta divinidad y el cistóforo siguen vidas prácticamente paralelas: ambas nacen en torno al 200 a.C. en Asia Menor y se extienden con rapidez por Misia, Frigia o Lidia hasta que llega a Roma a través de Anatolia. En un primer momento, estas monedas no llevaban otra indicación epigráfica que el nombre de Filetero, el fundador de la dinastía de Pérgamo pero con el paso del tiempo su iconografía fue evolucionando hasta el punto de que, en las monedas romanas, no siempre aparece la cista mística (aparecen en ejemplares como este de la época de Augusto para ir tendiendo a desaparecer en acuñaciones posteriores). Los principales centros de producción de los cistóforos fueron Pérgamo y Éfeso.