PEDRO I (1350-1368). 1 Real. (Ar. 3,42g/25mm). Sevilla. (FAB-380). Anv: P coronada y alrededor la leyenda: DOMINVS MICHI ADIVTOR ET EGO DISPICIAM INIMICOS MEOS. Rev: Castillos y leones cuartelados dentro de gráfila cuatrilobular, alrededor leyeda: PETRVS REX CASTELLE E LEGIONIS. EBC-. Bonito ejemplar, escaso así.
El único hijo legítimo de Alfonso XI, a pesar de ser un rey castellano, instaló durante un tiempo su corte en Sevilla desde donde fraguó una leyenda tan dispar que lo califica de cruel o de justo dependiendo de si atendemos a sus detractores o partidarios. Sin duda, el acontecimiento que marcó su reinado fue el enfrentamiento con su hermanastro Enrique de Trastámara, quien a pesar de contar con el apoyo militar francés cayó estrepitosamente en la batalla de Nájera. Paradójicamente, la victoria de Pedro I supuso el principio del fin de su reinado; graves problemas económicos, la aparición de importantes núcleos partidarios de su hermanastro y una desafortunada alianza con el rey nazarí de Granada precipitaron otra contienda, que esta vez sí acabó del lado del nuevo rey Enrique II tras un encuentro cara a cara entre ambos. El cronista López de Ayala, lo relató así: “firiólo con una daga por la cara: é dicen que amos á dos, el Rey Don Pedro é el Rey Don Enrique, cayeron en tierra, é el Rey Don Enrique le firió estando en tierra de otras feridas. E allí morió el Rey Don Pedro”.