TRACIA, Koson. Estátera. (Au. 8,40g/19mm). 44-42 a.C. (HGC 3.2, 2049). Anv: Cónsul romano, L. Junnius Brutus, acompañado de dos lictores a izquierda, en exergo leyenda griega. Rev: Aguila con corona de laurel sobre cetro a izquierda. EBC. Escaso y bonito ejemplar.
Podemos considerar al lictor como una especie de escolta o guardia personal que acompañaba a los magistrados curales en el periodo republicano romano. Dependiendo del rango, también del momento, el número de lictores asignados difería, yendo de los veinticuatro que podía tener el gobernante de turno a los dos del Pretor Urbano pasando por los 12 de los Cónsules y 8 de los Procónsules. De entre todos los lictores hay uno que sobresale por encima de todos: el proximus lictor que solía ser el hombre de máxima confianza del magistrado. La figura del lictor fue afianzándose con el tiempo, llegando a encargarse, con el tiempo, de otras labores de seguridad ciudadanas más generales como garantizar el orden público o custodiar prisioneros.