NERON. Sestercio. (Ae. 26,66g/35mm). 65 d.C. Lugdunum. Anv: NERO CLAVD CAESAR AVG GER P M TR P IMP P P. Busto laureado a derecha de Nerón. Rev: CONG DAT POP. Nerón sentado en estrado, delante oficial ofreciendo congiarum a un ciudadano en las escaleras con un niño detrás, al fondo Minerva sosteniendo lechuza y lanza junto a Libertas sosteniendo Tesera. (RIC 434). MBC+. Anverso retocado. Muy raro ejemplar.
Cuenta Suetonio que “nació Nerón en Anzio, nueve meses después de la muerte de Tiberio, el 18 de las calendas de enero al salir el sol”. El último emperador de la dinastía Julio-Claudia y uno de los emperadores romanos con peor “prensa” de toda la historia del Imperio. Persecuciones sobre los cristianos, incendio de Roma en el 64 d.C., asesinatos varios, entre ellos el de su hermano Británico o su madre Agripina, son algunas de las acusaciones que tradicionalmente la historia ha lanzado sobre éste. Buena culpa de esta fama proviene de los escritos de los historiadores coetáneos y/o posteriores como el ya mencionado Suetonio, Tácito o Dion Casio quienes presentaron, al emperador como un auténtico tirano. Cabe reseñar que esta tradicional y simple interpretación ha sido y está siendo puesta en duda en la actualidad, o al menos, existe la corriente que también nos presenta otra vertiente de la figura del emperador, la de un dirigente querido por las clases populares, preocupado por la cultura, las artes o las pruebas deportivas.
Desde el punto de vista estrictamente económico o numismático, bajo el gobierno de Nerón se llevó a cabo una importante reforma monetaria en el 64 d.C. que tuvo como objetivo el ampliar la oferta nominal de dinero para evitar la insolvencia del Estado. Básicamente su reforma se centró en reducir el peso teórico tanto del áureo como del denario, así como la pureza de este último y poner en circulación a las denominaciones subsidiarias en oricalco. Esta última medida fue abandonada poco tiempo después ya que este tipo de monedas no fueron nunca aceptadas por el pueblo, pero las dos primeras permanecieron y pervivieron a través de los años.
Respecto al estilo de los retratos acuñados en las diferentes piezas, éstos evolucionan, en un claro proceso de realismo artístico, desde el de un joven, ya obeso, y laureado con corona cívica, hasta el de un adulto de duras facciones de los últimos años de reinado.